En Busca de un Trabajo Decente
Si se sigue atentamente la evolución del mercado laboral en los últimos años, todo indica que las políticas de conciliación de familia y trabajo se transformarán, a corto y mediano plazo, en prácticas comunes de las compañías. Estamos frente a un cambio que llegó para instalarse.
En su segunda cuenta pública a la nación, el pasado 21 de mayo, la Presidenta Michelle Bachelet aludió a su especial preocupación por los trabajadores chilenos. Citando las palabras pronunciadas por el Padre Tupper señaló que “debemos hacer del trabajo decente un imperativo ético como sociedad y debemos fortalecer la responsabilidad social empresarial”.
La pregunta que cabría hacerse es: desde la perspectiva de los chilenos de hoy, ¿qué significado tiene la expresión “trabajo decente”?.
Remuneraciones justas, eliminación de las brechas salariales entre hombres y mujeres, respeto a las leyes laborales por parte de sus empleadores, continúan siendo parte de la larga lista de legítimas aspiraciones de los trabajadores con respecto al mercado laboral. En medio de todas estas demandas, sin embargo, emerge una que cada día cobra mayor fuerza: que el mundo del trabajo sea compatible con la vida familiar.
Las nuevas generaciones no sólo buscan una adecuada retribución económica, sino que sus trabajos les permitan sacar adelante también con éxito su proyecto familiar, demanda a la cual las empresas comienzan a responder por ahora, con iniciativas mayoritariamente voluntarias. Sin embargo, si se sigue atentamente la evolución del mercado laboral en los últimos años, todo indica que estas mismas políticas se transformarán, a corto y mediano plazo, en prácticas comunes de las compañías. Estamos frente a un cambio que llegó para instalarse.
Menuda tarea entonces para los gerentes de recursos humanos y ejecutivos de diversas compañías aún al margen de esta tendencia: conocer, interiorizarse y luego implementar, en sus propias empresas, iniciativas de esta naturaleza. Ejemplos hay muchos. Una exhaustiva recopilación de ellos puede encontrarse en el libro “Familia y Trabajo, Guía de Buenas Prácticas”, escrito por la periodista María Paz Lagos, quien investigó a las organizaciones que tienen en común el haber figurado reiteradamente en el ranking “Mejores Empresas para Madres y Padres que Trabajan”, elaborado anualmente por Fundación Chile Unido y Revista “Ya” de El Mercurio.
En el libro figuran prácticas por todos conocidas, como la habilitación de salas cunas en las empresas o las distintas modalidades de flexibilidad horaria, trabajo part- time o teletrabajo. Otras iniciativas, sin embargo, sorprenden por lo novedosas. ¿Qué le parecería a usted que en el verano, mientras trabaja, su empresa organizara actividades recreativas gratuitas para sus hijos en un recinto deportivo durante dos semanas? ¿O que durante el año pusiera a disposición de sus hijos en edad escolar un servicio gratuito, para ayudarlos en su tareas? Suma y sigue.
Policlínico y clínica dental para toda la familia; post natal flexible; horario semanal comprimido; permiso de ausencia para resolver situaciones personales... por sólo mencionar algunos ejemplos. Todos extraídos de “la vida real”. Políticas por ahora novedosas de empresas que funcionan en Chile. Las pioneras. Las primeras en traducir, en iniciativas concretas, lo que hoy muchos entienden en Chile por “un trabajo decente”. Uno que no sólo satisfaga los derechos elementales de los trabajadores, sino que además, acoja una de las más fuertes demandas de estos tiempos: hacer compatible el trabajo con el mundo familiar.
Susana Horno