jueves, 22 de noviembre de 2007

Cena Pan y Sopa - Fundación Trabajo en la Calle


El pasado 13 de noviembre se realizo en la Casona de Las Condes la Cena Pan y sopa de la Fundación Trabajo en la calle.

Este evento es muy importante ya que es ahí donde se recaudan importantes fondos para los distintos proyectos que realiza la Fundación.

Juan Felipe López Egaña, Presidente Ejecutivo de la Fundación, dio inicio a este evento con un discurso con el cual compartió con todos, lo que a sido su aprendizaje estos últimos años en la Fundación, que puede servir para entender lo que hacen y porque lo hacen .

Si deseas conocer este discurso ingresa haciendo click en el titulo de esta noticia.






Discurso Cena Pan y Sopa 2007
Juan Felipe López, Presidente Ejecutivo Fundación Trabajo en la Calle.

Quiero agradecer la presencia de todos ustedes. Veo por ahí a nuestros amigos de las instituciones con las que trabajamos (Comunidad de Organizaciones Solidarias, Proyecto Propio, Crearte, Trascender, Colegio Manquehue y Saint George, Corporación el Encuentro, Red Nacional de Voluntariado, Jóvenes Líderes, la Municipalidad de Peñalolén), a los representantes de las empresas que nos apoyan, a ustedes los socios, a los amigos, y por cierto a los voluntarios que hoy están trabajando para quienes les pido un cariñoso aplauso.

Como muchos de ustedes bien intuyen o saben, las comidas de beneficencia en general se orientan a contar lo espectacular que es el trabajo de la institución organizadora, mostrando impresionantes logros pero señalando que todavía falta mucho por hacer. En el entendido que lo derivado de esa estrategia sucederá de todas formas esta noche, yo quiero hablarles de otra cosa. Y aprovechando que este año dejo no sólo la presidencia sino también la Fundación, quiero contarles algunos aprendizajes de estos años que pueden servir para entender qué hacemos y por qué lo hacemos.

1. Un amigo siempre me recuerda que hay dos tipos de personas en la vida: las que miran cómo las cosas pasan y las que hacen que las cosas pasen. Chile, y en particular Santiago, tienen una realidad que pocos quieren mirar. Muchos menos están dispuestos a hacer algo por cambiarla. Como Fundación decidimos dejar de ser meros espectadores y (con humildad y orgullo) decidimos pertenecer al segundo grupo. Nos conectamos con una cruda realidad –para muchos invisible- que a nuestro pesar ha ido creciendo. Me refiero a la proliferación de micro campamentos. ¿Qué son específicamente? Asentamientos de no más de 25 familias que por nuestra pequeña y parcelada experiencia se enfrentan a condiciones de marginalidad urbana; alto desempleo o empleos de cortísima duración; hacinamiento; baja organización, escasas redes sociales o poca confianza en los beneficios de ellas y una difícil llegada de programas sociales focalizados. Es en suma, un sector social que está lejos de aparecer en las estadísticas, pero que crece considerablemente a medida que los mega proyectos socio-habitacionales inevitablemente dejan a algunos pocos fuera del beneficio.

Nosotros sólo trabajamos en 6 comunas (Independencia, La Florida, Estación Central, Renca, Peñalolén y Puente Alto) en 5 campamentos y una villa (como piloto de seguimiento al trabajo hecho). Pero de acuerdo a los esquivos registros hemos contabilizado la existencia de al menos 73 asentamientos de esta naturaleza en Santiago.

¿Qué nos hemos propuesto hacer? Tal como lo dice nuestra misión, generar confianza, oportunidades y esperanza en las familias de micro campamentos de Santiago.

¿Cómo? Acompañando y apoyando el proceso de obtención de la vivienda (nuestro hilo conductor y motivador), a través de la creación de vínculos entre pobladores y jóvenes voluntarios, mediante la participación y la organización de las personas, con el propósito de generar sujetos activos de su propio desarrollo. Nuestra excusa, norte y línea de trabajo, tiene relación con la obtención de la vivienda definitiva, pero nunca habrá vivienda ni menos familias felices y barrios seguros y amigables si en el camino no logramos entregar oportunidades, herramientas y habilidades las cuales están asociadas a tres pilares: organización comunitaria; la activación de redes y el fomento del ahorro. No sirve de nada una vivienda definitiva si los vecinos no reconocen en la organización soluciones a problemas de seguridad ciudadana, de resolución de conflictos, o si no son capaces de activar las redes de apoyo de sus nuevos barrios o bien de generar un hábito de pago de cuentas… Estamos convencidos que este es el único mecanismo sustentable si queremos transformar a esta ciudad y en el fondo a Chile en un país verdaderamente desarrollado.

2. El documental Actores Secundarios retrata a la generación que le tocó conducir la revolución estudiantil de los años 80’, pero que una vez vuelta la democracia, ya en plena libertad de derechos y de expresión, paradojalmente, cada uno de ellos se fue para su casa, sin mayores motivos por qué luchar. Mucho se ha dicho que producto del mismo fenómeno la dirigencia estudiantil universitaria ya no es lo que era antes (en términos de participación, representación, etc). Para qué decir las juventudes de los partidos políticos! Ronda, innegablemente, ese torpe fantasma que todo tiempo pasado fue mejor. Se dice -basta con ver las cifras de votación para las federaciones y centros de alumnos universitarios- que la gente y los jóvenes ya no se movilizan como lo hacían antes. ¿Qué sucedió? La gente, los jóvenes, ¿nos fuimos cada uno a su casa? Yo creo que no. No nos fuimos para la casa: nos fuimos y vinimos a las Fundaciones.

¿Qué les quiero decir con esto? Que en organizaciones como esta, los beneficiarios no son sólo los pobladores de los micro campamentos. Somos también los voluntarios que trabajamos en ellas.

Estoy convencido que el primer apronte para ser un protagonista en la construcción de un Chile más justo, solidario e integrado, se desarrolla no sólo en esta, sino en muchas otras instituciones. En nuestro caso, participar en la Fundación Trabajo en la Calle es un ejercicio de la ciudadanía, no un pasatiempo de caridad. Por el tipo de vínculos propios del trabajo con pobladores, municipios, otras instituciones, gobierno y realidades adversas, puedo decir que los voluntarios que pasamos por esta fundación desarrollamos una postura crítica clave para nunca perder la capacidad de asombro: que es el único ingrediente para denunciar y trabajar en contra de lo que nos indigna. Si la pobreza nunca nos indignara, nunca existiría tampoco el sentido de urgencia. Y vaya qué necesario es tenerlo!

Yo al menos me voy contento: durante mis años de voluntario aprendí el valor del trabajo en equipo y comprendí lo necesario que es compartir con otros estos aprendizajes. Aquí encontré amigos y compañeros con los que no vamos a renunciar nunca a la construcción de nuestro sueño de país y de una sociedad más justa.

3. En tercer lugar, nos hemos convencido, no sólo porque así lo dicen cientos de textos sino por nuestra propia experiencia, que las redes de trabajo son la herramienta más poderosa a la que puede aspirar una persona, un grupo o una institución. Esto porque parte importante del éxito de nuestra tarea radica en reconocer nuestras limitaciones y saber pedir ayuda. La superación de la pobreza pasa por tantas variables que no podemos abarcar, que sabemos que necesitamos de otros para hacer bien nuestra tarea. (Creer que existen soluciones integrales por parte de una sola institución es la soberbia más grande que existe en nuestro entorno). No reconocer la importancia del trabajo en red, es no reconocer la multicausalidad y complejidad de la pobreza en Chile. La soberbia no es una buena consejera de la solidaridad. Es por eso que agradecemos la presencia de los representantes de nuestras instituciones amigas. Especial mención quiero hacer a la Comunidad de Organizaciones Solidarias, con 60 organizaciones de todo Chile -de la cual somos parte-, que nos permitirá conocer buenas prácticas; compartir aprendizajes y lo más importante, reconocernos como un equipo en la ardua tarea de la solidaridad.


4. Por último, quiero hacer una reflexión acerca de la dignidad mal entendida de los más pobres. Revisando papeles antiguos, me encontré con una carta que le escribí al entonces presidente de la Fundación el año 2000, a nombre del grupo de voluntarios del campamento Santa Elvira, de Pudahuel. Firmábamos la carta como el grupo “Corazones Laboriosos de Santa Elvira”. Han pasado ya 7 años desde esa carta; el campamento Santa Elvira no existe; su gente vive en Colina, pero hay algo de esa peculiar firma que veo en todos los voluntarios de la Fundación: el corazón puesto en lo que hacemos.

Con todo, creo que todavía nos falta un poco de firmeza. Tenemos que saber exigirles a los demás, incluidos los pobladores. Esta es una institución llena de corazón; llena de compromiso y de propuestas, pero no resolveremos nada si no le perdemos el miedo a exigirles a los pobladores con los que trabajamos. La promoción humana también conlleva deberes, y debemos ser capaces de velar por ellos. Sólo si exigimos compromiso estaremos dignificando la vida de las personas que viven, esperamos que momentáneamente, en esta fracción del Chile invisible.

Me voy tranquilo y feliz. Veo a una Fundación madura, con una propuesta de sociedad concreta, con socios y amigos que también se comprometen con nosotros. Pero no paramos de soñar… Somos una fundación chica, pero pensamos en grande. Trabajamos en Santiago con los ojos puestos en Chile. Por lo mismo, ha llegado el tiempo de expandirnos: no descansaremos hasta que veamos que esos 73 micro campamentos han desaparecido. Tenemos una gran responsabilidad y estamos contentos de asumirla junto a ustedes. Yo me despido aquí pero nos estaremos viendo. Muchas gracias por haber venido y por mantener vivo el compromiso con nosotros.

Muchas gracias por ayudarnos a cambiar el Chile invisible.

Juan Felipe López Egaña

Presidente Fundación Trabajo en la Calle

13 de Noviembre de 2007



1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buen discurso, yo temabien creo en ese Chile invicible y creo que hoy estan dadas todas las condiciones para hacer el cambio social, saludos a los del circulo social, los feliicto por lo que estan haciendo...

Marcos Alvarez